Bizcocho de mandarina

Ahora hacía mucho tiempo que no os traía un bizcocho o un cake para los desayunos o meriendas en familia, y la verdad es que no sé muy bien el porqué, ya que en casa solemos hacer un bizcocho casi cada semana.

Éste de hoy es un bizcocho de temporada, bueno, me refiero a que utilizamos una fruta de temporada como es la mandarina. El cítrico más “querido” entre grandes y pequeños, por su delicado sabor, su menor tamaño respeto a “su hermana mayor –la naranja-“ y su facilidad a la hora de pelarla.

Como segundo productor internacional que es España de esta fruta, creo que debemos aprovechar que tenemos sus productores muy cerca (por tanto conserva mejor sus propiedades) y que la podemos conseguir a muy buen precio ahora que estamos en plena temporada.

Os aseguro que éste de hoy es un bizcocho de delicado sabor y olor. 

Muy fácil de elaborar y que gusta a todos, y además se puede tunear por naranja. 

¿Quién no tiene algún cítrico en casa y se muere por un trozo de bizcocho?

Ingredientes (molde de 26 cm):

2 huevos enteros

1 yema

220 gr de azúcar

90 gr aceite de girasol

125 gr de leche entera (o la que tengáis en casa)

2 mandarinas grandes (o 4 pequeñas)

Pizca de sal

250 gr de harina

½ sobre de levadura química (tipo Royal) – unos 8 gr-

Preparación:

Precalentaremos el horno a 180 ºC.

Cascaremos los huevos y separaremos las yemas y las claras. En un bol amplio o en el bol del robot de cocina pondremos las claras (2) con la pizca de sal y las montaremos a punto de nieve. Una vez bien montadas las reservaremos en un bol aparte. En el mismo bol del robot añadiremos las yemas (3) junto con el azúcar y las montaremos hasta que blanqueen y tripliquen su volumen. Mientras tanto, lavaremos y rallaremos la cáscara de las mandarinas. Reservaremos la ralladura y les sacaremos el zumo (podéis colarlo o no, a vuestro antojo). Una vez bien batidas las yemas, y sin dejar de batir, añadiremos el zumo de mandarinas, la leche y el aceite de girasol. Cuando tengamos los líquidos bien mezclados, tamizaremos la harina junto con la levadura encima del bol y mezclaremos la harina con movimientos envolventes. Una vez bien integrada añadiremos las claras montadas que teníamos reservadas y poco a poco las incorporaremos a la mezcla, con la ayuda de una lengua o unas varillas grandes, evitando que pierdan volumen.

Volcaremos la masa en un molde de silicona, o en uno adecuado para tal menester, y lo introduciremos en el horno a 180 ºC durante 30-35 minutos. Aun así, los tiempos que os marco son de referencia, ya que cada horno es un mundo. Pasados 30 minutos, abriremos el horno y comprobaremos el punto de cocción con la ayuda de una brocheta. Si ésta sale limpia retiraremos el bizcocho y por el contrario, si aún sale manchada seguiremos con la cocción otros 5-10 minutos más.

Nota: en el caso de utilizar moldes de hierro o cristal os recomiendo que lo untéis de mantequilla y lo espolvoreéis con harina para evitar que se os agarre.

Al retirarlo del horno, lo dejaremos enfriar encima de una rejilla. Una vez frío, lo desmoldaremos, lo colocaremos en un plato de presentación, podéis o no espolvorearlo con azúcar glas y sólo queda degustarlo.

En el caso de que os sobrara bizcocho, podéis conservarlo bien envuelto en papel film de un día para otro y seguirá estando igual de esponjoso que recién hecho.

Deseo que este bizcocho tan fácil y tan de temporada os convenza y os animéis a probarlo. 

A mi realmente me ha sorprendido por su sencillez y su sutil sabor a mandarina. 

Os aseguro que trinaréis.