Básicos: Masa de pizza. Crujiente y sabrosa

Hoy os traigo una receta que llevaba mucho tiempo queriendo publicar. Es una receta sencilla, de esas que todo/as vosotros ya tenéis la vuestra, pero para aquellos que empiezan en la cocina, o por si algún día las recetas de este blog pasan a manos de mis ascendientes (el día que lleguen) me gustaría que esta fuera una de las recetas que tuvieran: una simple y deliciosa masa de pizza.

Todos, alguna (o muchas) veces hemos recorrido a llamar por teléfono para que nos trajeran unas pizzas o las hemos comprado listas para hornear, pero nosotros, desde que descubrimos esta masa, na hay mayor placer que hacer la masa a media tarde, y tenerla lista para la hora de la cena. Poder preparar una estupenda passata de tomate (una salsa de tomate bien concentrada, sin apenas agua) y pensar con que ingredientes adornarla. La receta original seguro que os suena, es de Jamie Oliver, pero he modificado algunas cantidades, tiempos y maneras de hacer para conseguir mi masa de pizza ideal.

Seguro que en todas las casas hay una noche de pizza: ya sea los días de fútbol, los viernes viendo una película, los domingos (por eso de no cocinar demasiado...).

¡ Os animo a que el próximo día de pizza probéis esta masa, seguro que repetís !

Para 4 pizzas individuales:

400 gr de harina de fuerza
100 gr de sémola de maíz
1 vaso de agua templada (250 ml)
2 sobres de levadura de panaderia (9 gr)
6 cucharadas soperas de aceite de oliva
1 cucharada de postre de sal

Preparación:

En un bol amplio pondremos la harina y la mezclaremos con la sémola de maíz. Añadiremos también la levadura de panadero seca y empezaremos a incorporar el agua, que debe estar templada, demasiado caliente tampoco va bien. Con la ayuda de una cuchara iremos mezclando, añadiremos la sal y el aceite e iremos incorporando agua a medida que la masa lo necesite.

Debemos conseguir una masa elástica y fácil de manejar con las manos. Llegados a este punto, volcaremos la masa encima de nuestra encimera que tendremos un poco enharinada, y la amasaremos para conseguir que tenga más elasticidad y quede todo bien integrado. Formaremos un bola y la pondremos de nuevo dentro del bol, enharinaremos un poco por encima, y lo taparemos con un paño húmedo. Deberemos dejar que nuestra masa repose durante unas dos horas en un lugar cálido y sin corrientes para conseguir que la levadura actúe y crezca, alcanzando el doble de su volumen.

Nota: un buen sitio es dentro del horno apagado, ya que así evitamos cualquier corriente que pueda haber. Si hace mucho frío o mucho calor, deberéis tenerlo presente para el tiempo de levado.

En caso de que haga mucho frío, podéis acelerar el proceso precalentando el horno a 30º C antes de meter el bol con la masa y luego apagarlo, o  dejarlo al lado de un radiador. Si por el contrario hace mucho calor, con una hora y media será suficiente

Una vez haya levado la masa podemos utilizarla enseguida, o guardarla en la nevera tapada con papel film en vez del paño húmedo.

Para estirar la masa, primero de todo, la volcaremos de nuevo encima de la encimera un poco enharinada y la trabajaremos un poco para desgasificarla. Cuando volvamos a tener una masa lisa y compacta, la dividiremos en 4 porciones (o las que necesitéis, más grandes o más pequeñas a vuestro antojo) y las estiraremos con la ayuda de un rodillo. La estiraremos hasta obtener el grosor deseado (nosotros lo dejamos de algo menos de medio centímetro). 

Pasaremos la masa una vez estirada a un papel de cocina (en este caso no vale silpat, ahora os cuento) y la rellenaremos como más nos guste. Con o sin tomate, orégano o albahaca, mozzarella,......

Nota: Si os sobrara masa podéis guardarla hasta un par de días en la nevera, bien tapada, y teniendo la precaución de que deberemos retirarla de la nevera unas dos horas antes de hornearla para que se atempere y así poder trabajarla. 

Pero también podéis congelar la masa. Yo os aconsejo que si la congeláis, lo hagáis cuando ya las tengáis estiradas, de este modo se os descongelaran antes y será mucho más rápido. Para guardarlas la mejor forma es encima de un papel de horno y formar un rollo con la pizza (como viene presentado la masa de pizza, el hojaldre,..., refrigerado) y todo bien guardado en una bolsa grande de congelación.

Para hornearla, precalentaremos el horno a 200º C y el primer golpe de calor se lo daremos en la parte inferior del horno directamente, es decir, sin quemarnos depositaremos la pizza junto el papel de hornear encima de la pared inferior del horno para así conseguir que se dore por abajo y conseguir una masa horneada bien crujiente. Deberéis dejar la pizza en el fondo unos 3-5 minutos, el mejor tiempo va a ser vuestro ojo. Ir levantando la pizza y cuando veáis que se tuesta ponerla encima de una bandeja y hornearla a media altura otros 7-10 minutos (dependerá de los ingredientes que le pongáis).

Algunos pensaréis que este paso de poner la pizza abajo y luego cambiarla que menudo follón, pero os aseguro que vale la pena. Los que nos tenemos piedra de hornear es una solución fantástica para obtener una masa de pizza crujiente y llena de sabor.

Sólo os puedo decir que amaséis en casa, y si tenéis niños más, porqué así de darán cuenta que todo lo que les gusta también lo pueden hacer en casa y os pedirán de cocinar con vosotros.

Ya sólo queda que la probéis y me digáis que tal os ha salido.

Muy pronto os traeremos estupendas ideas para rellenar esta masa. Espero que os guste