Pizza con rucula y queso azul

Para que veáis que no os mentí cuando os dije que la masa de pizza que os proponía aquí quedaba muy crujiente aquí tenéis la prueba.

Ésta de hoy es una receta fácil, rápida de hacer y bastante ligera. Hay pizzas que acaban siendo muy pesadas por la cantidad y "calidad" (a cuanto calorías se refiere), pero esto es todo lo contrario.
Es una simple y deliciosa pizza margarita (tomate, orégano y mozzarella) con unas hojas de rucula aliñadas y queso azul.

¿ Se os antoja un trocito ? Quedáis todos invitados.

Ingredientes (para 2 personas):

La mitad de la receta de masa de pizza (aquí)

75 gr de mozzarella

40 gr de queso azul (roquefort, cabrales, gorgonzola)

Orégano (opcional)
50 gr de rúcula

     Para la passata de tomate:

200 gr de tomate pelado y troceado de bote
1/2 cucharadita de café (c/c) de sal
1/2 c/c de azúcar

     Para el aliño:
2 cucharadas soperas de aceite de oliva
Unas gotas de aceto balsámico en crema (o vinagre)
1/2 c/c de miel suave

Preparación:

Prepararemos la masa de pizza tal y como os indico en la receta; o preparáis la vuestra o si vais con prisas una masa refrigerada (que también salen muy ricas).

Si hacéis la masa, la deberéis dejar levar un rato, así que es buen momento para preparar la passata. Sólo tendremos que poner el tomate pelado y troceado en un cazo junto con la sal y el azúcar y dejarlo cocer a fuego bajo durante un mínimo de tres cuartos de hora. Veréis que se ha evaporada la mayor parte del líquido del tomate, llegado a este punto, triturar hasta que quede más fino.
Nota: Lo que buscamos es una salsa de tomate muy espesa, sin apenas agua, de este modo conseguimos unas pizzas crujientes y muy sabrosas, con un intenso sabor a tomate.
Si tenéis prisa también podéis usar una salsa de tomate casera. Pero tendréis que controlar el tiempo del horno, ya que quizás necesite algo más de tiempo para quedar crujiente.

Una vez tengamos la masa lista y estirada encima de un papel de horno y la passata a punto, la colocaremos por toda la base, espolvorearemos un poco de orégano (si os gusta), repartiremos la mozzarella y la hornearemos. Deberemos haber precalentado el horno a 200º C.
Primero colocaremos la pizza encima de la pared inferior del horno, sin bandeja, directamente el papel encima, así lograremos una base dorada y crujiente que dará personalidad a la pizza.
Nota: si sois afortunados de tener una piedra de hornear, usarla. Lograreis el efecto del cual os hablo.
Con el horno bien caliente tendremos suficiente con unos 5 minutos, pero debéis ir comprobando de que la base se vaya tostando. Cuando ya tenga un buen color y esté crujiente, pasarla a una bandeja de horno, dejarla a una altura media y proseguir la cocción otros 5 minutos.

Mientras se nos cuece la base de nuestra pizza, sacaremos el roquefort de la nevera para que se atempere y prepararemos la rucula. La lavaremos, la escurriremos bien y prepararemos la vinagreta. La mejor forma de mezclar los ingredientes de una vinagreta es ponerlos todos en un bote cerrado, agitarlo bien y lista.

Cuando retiremos la pizza del horno, aliñaremos la rucula y la colocaremos encima de la base (podréis comprobar que en las fotos no sale aliñada, pero es para evitar que con el tiempo que "perdemos" haciendo las fotos y el calor de la base se estropee)  y repartiremos trozos del queso azul.

Como podéis comprobar, es una pizza fácil, sabrosa, llena de matices con el amargo de la rucula, el dulce de la vinagreta, lo intenso del roquefort.....

Espero que la probéis y me contéis que os parece esta mezcla. Para mi, sin duda alguna, los días que me apetece pizza y no quiero que me sature esta es la elegida.