Carpaccio de gamba roja: divina sencillez

La receta de hoy he dudado muchísimo si publicarla o no. Demasiado fácil, sin ninguna cosa demasiado remarcable que os pudiera explicar. Pero el objetivo de éste blog, a parte de daros a conocer mi cocina y explicaros mis recetas y trucos, es guardar las recetas que hago en casa, para que en un futuro esten por escrito y bien ordenaditas.

El mismo título de la entrada lo dice: divina sencillez. Lo más importante de esta receta, (y se que me repito más que el chorizo malo) es la calidad del producto. No porque os diga que debe ser de calidad tiene que ser un producto fresquísimo y carísimo, es más, en este plato, en especial, os recomiendo que uséis una gamba roja congelada, de buena calidad, pero congelada., por el tema del anisakis, aunque no afecte, normalmente, al marisco, es mejor prevenir.

¿ Os apuntáis a esta sencillez ?

Ingredientes (para 1 plato como primero, o un aperitivo para 2):

10 gambas rojas medianas

3 c/ soperas de aceite de oliva virgen

1 c/postre de vinagre de modena

Pimienta negra molida (mejor si es en el momento)

Escamas de sal

Film trasparente

Hojas de lechuga y tomate (Opcional, para decorar)

Preparación:

Será muy importante dejar descongelar a la perfección las gambas. Una vez descongeladas, las pelaremos. Reservaremos las colas peladas por un lado y las cabezas por otro.

Con una puntilla bien afilada, partiremos las gambas por la parte centra superior, de éste modo retiraremos la tripa (así evitaremos que nos pueda dar mal sabor) y las iremos colocando sobre un trozo de papel film con la parte roja, la exterior, hacia abajo. Nos tiene que quedar tal y como os mostramos en la imagen.

Una vez tengamos todas las gambas listas, cubriremos con otro trozo de film y con mucho cuidado y delicadeza las iremos chafando  con la ayuda de un rodillo de cocina. Debemos conseguir una capa muy fina de gambas.

Nota: en éste momento, podríais, perfectamente, dejarlo guardado en la nevera durante unas horas, hasta el momento de emplatar. Si lo hicierais con gambas frescas, incluso lo podríais congelar y tenerlo para usar en otra ocasión, o tener la tarea avanzada unos días.

Con las cabezas que hemos guardado, usaremos un par de ellas para el aliño, y el resto las guardaremos en una bolsa de congelación, para hacer caldo otro día. Para el aliño, apretaremos las dos cabezas con los dedos, para sacarles todo su jugo, y lo mezclaremos con el aceite y el vinagre. Mezclaremos bien para emulsionar.

Ya sólo nos quedará servirlo.

Retiraremos una de las partes de film, y volcaremos la lámina de gambas encima del plato (la parte roja, la dejaremos en la parte superior, que siempre queda más bonito).
Cuando lo tengamos bien puesto en el plato, retiraremos el film restante, salpimentaremos (a mi, personalmente, me gusta que haya bastante pimienta), añadiremos la vinagreta por encima, decoraremos con unas hojas de lechuga (aunque son totalmente prescindibles), y pondremos un último hilo de aceite de oliva virgen extra en crudo.

¿ Fácil, verdad ?

Pues no os podéis a llegar a imaginar lo rico que sabe.

Espero que os guste, y con esta receta no tenéis excusa ni de dificultad, ni tiempo, ....

Espero que os guste.